El Negocio del Tabaco, la Trampa de la Nicotina

Existe una industria global con 1000.000.000 de consumidores en la que 3 de las compañías más grandes son británicas, cada una de las 3 logra miles de millones de dólares en facturación y cientos de millones en ganancias anuales, es el polémico y exitoso mundo de las tabacaleras, los 3 gigantes tabacaleros son British American Tobacco (BAT), Imperial y Gallaher, todas son miembros de la lista de 100 compañías que cotizan en la bolsa de Londres, y sus operaciones globales en conjunto contribuyen con más de 5000.000.000 de dólares en impuestos a la economía británica, nada mal en un marco legal dónde venden un producto que te enferma ó te mata, además de adulterar los componentes a fin de multiplicar los efectos de la adicción.

Los cigarrillos actuales tienen mucho más que tabaco, contienen Nicotina: una droga altamente adictiva que se encuentra en forma natural en la planta del tabaco, que se mezclan con cientos de aditivos que van desde endulzantes hasta compuestos amoniacales, las compañías tabacaleras por lo general alegan que muchos de los aditivos que usan están aprobados para el consumo humano, pero no mencionan que al someterlos a altas temperaturas, sus propiedades químicas se alteran, haciéndolos potencialmente tóxicos desde el punto de vista farmacológico, la temperatura que alcanza un cigarro altera químicamente los componentes del tabaco y lesiona seriamente el sistema respiratorio, muchas sustancias nocivas están más concentradas en el humo (monóxido y dióxido de carbono, amoniaco, benceno, benzopireno, anilina, acroleína, entre otros), incrementa la toxicidad de la atmósfera para los no fumadores.

Nicotina: es el principal ingrediente adictivo de los cigarrillos, se deposita en los pulmones del fumador en forma de una potente mezcla de partículas y gases, es rápidamente absorbida en la sangre y llega al cerebro aproximadamente en 10 segundos, es en este punto en el que los receptores cerebrales producen la sustancia química denominada dopamina, según los estudios realizados se ha detectado nicotina en fumadores en todos los tejidos del cuerpo, incluso en la leche materna, el cerebro se habitúa rápidamente a recibir dosis regulares de nicotina y a sufrir síntomas de abstinencia cuando dicho suministro se interrumpe, la nicotina estimula el sistema nervioso central, incrementando el ritmo cardíaco y la presión arterial, lo que produce un mayor consumo de oxígeno, este estímulo nervioso se plasma en un aumento del metabolismo del organismo, afectando a la nutrición del fumador, pues se comporta como un anoréxico, disminuyendo la sensación de hambre y estimula la secreción de la adrenalina.